Nadhia
Ragun
Hitori Yagari
~Ubicación~
Tierra de Partida > Ciudad de Paso > Castillo de Bestia
~Cronología~
Posterior a "Corazones Atados" y anterior a la Trama "La adorable fantasma"
El joven aprendiz dio otra vuelta en su cama, poniéndose esta vez en dirección a la ventana. Levantó la mirada hacia el cielo, donde millones de estrellas brillaban, iluminando tanto el espacio como Tierra de Partida con su fulgor. Y sin embargo, la luz de aquellas estrellas también hacía nacer las sombras más oscuras.
—¿Quién sería...? —dijo, susurrando, mientras recordaba la misteriosa sombra que había visto en un callejón de Ciudad de Paso, pocas horas atrás—. Estoy seguro de que me vigilaba... no es la primera vez que tengo esa sensación, pero sí es la primera que veo que de verdad hay alguien observándome.
Se incorporó en la cama, soltando un gruñido. Después de rascarse la cabeza, revolviendo su largo pelo, abrió la ventana y se apoyó en el alféizar para tomar el aire. La suave brisa fresca inundó sus pulmones cuando inspiró con fuerza.
—Si no fuera por Kit... —se quedó en silencio—. Nah... incluso aunque Kit no hubiese venido, yo no tendría el valor de ir detrás de esa misteriosa sombra...
Entonces levantó la cabeza de golpe, mientras sus ojos se iluminaban.
—¿O sí? —murmuró, mientras invocaba su Llave Espada—. Puedo hacerlo. Nadie me lo impide... ¿no?
Se metió rápidamente en la habitación, donde se quitó el pijama y se vistió a prisa con su ropa habitual. Tras colocarse el pequeño trozo metálico, lo pulsó de inmediato, haciendo aparecer su reluciente armadura. Volvió a acercarse a la ventana y abrió, apuntando con la Llave Espada hacia el cielo, un portal que comunicase su mundo con el exterior. Acto seguido, lanzó la Llave hacia adelante, haciendo que adoptase la forma de Glider. Éste se posó bajo la ventana, a través de la cual Hitori salió de un salto, para aterrizar grácilmente encima de su vehículo.
—Allá vamos —dijo, impulsándose hacia delante y saliendo del mundo a través del portal.
El joven surcó el espacio exterior montado encima de su Glider. Tuvo que sortear varios cinturones de asteroides y diversa basura espacial que se acercaba a él con velocidad, y cada vez con más frecuencia. A lo lejos pudo ver, finalmente, el mundo hacia el que se dirigía: Ciudad de Paso. Aceleró la marcha para llegar cuanto antes.
Hitori aterrizó en una gran plaza rodeada de muros y con una gran fuente dorada en una de las esquinas. Se quitó la armadura, lo cual dejó restos de luz que cubrían su cuerpo. Examinó el lugar donde estaba: La gran fuente tenía unas estatuas de dos perros. Al fondo, había un callejón en el que había una puerta con una llama dibujada. Detrás de él, otra puerta, mucho más grande. Otros elementos captaron la atención del chico: unos extraños cables que sobresalían de un tubo, una decoración en la pared con forma de estrella fugaz, y...
—¡Un mapa! —exclamó, acercándose al mural que contenía un esquema de los distintos distritos—. Ya veo... así que este debe de ser el distrito 3. Y por esa puerta se llegará al 1, imagino...
Se acercó al portón de madera y lo intentó abrir, pero éste estaba cerrado.
—Agh, no puedo quedarme mucho tiempo aquí, no sé si es seguro... —miró a los alrededores y vio que había una cerradura al lado del portón—. Quizás...
El joven invocó su Llave Espada y dirigió un rayo de luz hacia la cerradura, la cual hizo un ruido seco. El chico comprobó si la puerta estaba ahora abierta, y así era.
Al otro lado se encontraba el Distrito 1, más vacío que horas antes. Paseó por los alrededores, buscando gente, y pronto encontró a un corpulento señor.
—D-disculpe... —dijo, acercándose al señor, que se giró para verle—. ¿No habrá visto usted a nadie sospechoso por aquí, no? O... si ha pasado algo fuera de lo normal...
—¿Gente sospechosa? ¿Sucesos extraños? —repitió—. ¡Pues sí, chico, han ocurrido! Resulta que me he enterado de unos rumores que cuentan. Dicen que hay un par de tipos muy raros... un chico y una chica, sí... que no son conocidos. O sea, no viven aquí, o eso dice la gente, sí... De cualquier modo, son muy raros, muy raros...
—G-gracias... Esto... ¿dónde están esos tipos raros?
—Dicen que los llevaron a la enfermería, sí... Me pregunto si están bien. Tendré que preguntar, seguro que alguien lo sabe —dijo, comenzando a hablar para sí mismo.
—¿Y dónde está la enfermería? —preguntó Hitori. Inmediatamente, el hombre le miró de forma extraña.
—¿No lo sabes? Mmm, tú también eres un tipo raro, sí... Bueno, de cualquier modo, la enfermería está por allí —señaló en dirección a unos edificios—. Es provisional, pero todo el mundo se ha enterado de que la han puesto ahí... ¿Eres de fuera o algo? Porque no eres de aquí...
—E-eh, esto... —el aprendiz comenzó a ponerse nervioso, pues no podía desvelar su procedencia—. ¡T-tengo prisa, debo irme!
—¡Espera, chico! —exclamó el hombre, pero Hitori no se detuvo a hablar con aquel hombre, sino que tan sólo gritó un "Gracias". Pronto llegó a aquella enfermería provisional, donde esperaba encontrarse con dos "tipos extraños"...