Al fin todo había acabado.
El Sincorazón no pudo resistir su Embestida y el Hielo de Neru. Tras recibir el segundo ataque, su cuerpo de oscuridad empezó a desaparecer sin remedio: su vida llegaba a su fin y no podía hacer nada para evitarlo. Mientras presenciaba su agonía, Light experimentó un escalofrío y una desagradable sensación en el estómago que no supo explicar.
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¡No! ¡No! ¡Solo seguía órdenes! ¡Aún quedan algunas jóvenes que pueden ser un peligro para usted…! ¡Aún…!Finalmente le llegó la hora y desapareció. Muchas dudas quedaron en el aire, sin respuesta. No reveló la localización de la bestia, no les contó nada sobre ella. Posiblemente sus compañeros se relajaran al presenciar que la criatura que les amenazaba había pasado a mejor vida, pero Light seguía tenso, y mucho. Si aquella misteriosa entidad cumplía su palabra, entonces todos los maldecidos…
El fallecimiento de Missgunst desencadenó un resplandor que procedía de la montaña de cuerpos; el suelo negruzco también cambió para volver a la normalidad. Cuando el destello cesó, Light agudizó la vista y verificó una muy cruda realidad: las mujeres que había amontonado el Sincorazón se trataban de personas humanas en efecto, no eran monstruos de oscuridad como ella.
No volvió a hacer caso a éstas e inmediatamente corrió hacia las mujeres que antes había derribado, hecho un manejo de nervios. Las tomó del brazo para comprobar su pulso y examinó su estado. Estaban muertas y él en parte era responsable.
Se mordió los labios: un sentimiento de angustia y rabia le nubló la mente por un momento. Cerró los ojos. No podía perdonárselo. Si no se hubiera dejado llevar por el miedo y no hubiera arremetido contra aquellas mujeres de desagradable aspecto, ahora estarían vivas.
“
Escuché que tú habías asesinado a uno de tus contrincantes en la Copa Phil. ¿Es eso cierto?”.
Puede que al final él no fuera tan diferente a los miembros de Bastión Hueco.
En algún momento se levantó y finalmente se alejó de los cadáveres de las mujeres, cabizbajo. Intercambió miradas con Gaomon ―éste ponía una mueca mientras una conocida de Burke le exigía que le bajara de su lomo―. Light asintió con un leve movimiento de cabeza, permitiéndole que obedeciera la voluntad de la hermana del niño.
Las mujeres supervivientes del ataque del Missgunst hablaban sobre todo lo ocurrido. Interesado, el aprendiz se acercó a ellas y escuchó con poco disimulo sus testimonios. No descubrió mucho más (estaba claro que tanto la bestia como el Sincorazón eran responsables de aquella locura) y tampoco pudo darles información nueva a las féminas.
«
¿Eh?».
Supo de inmediato qué se avecinaba cuando escuchó el rugido atronador, así que se puso en guardia rápidamente y comenzó a vigilar sin pestañear el cielo. Parecía que el aullido del viento de alguna manera les advertía de su llegada. La criatura voladora que les había amenazado ayer abandonaba la montaña en aquellos momentos y se aproximaba a la aldea.
Era grandioso y a la vez aterrador. El descomunal dragón, la bestia, se dejó ver al fin. Esta gran criatura se dedicó a volar alrededor del pueblo, lo suficientemente alejada de ellos. A simple vista no parecía tener intención de atacarles, pero a saber.
Para variar, comenzó a hablar a través de sus compañeros.
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Libre, por fin. ―Light se viró hacia Keiko, sorprendido―.
Ya no me servís para nada. Cuando todo rastro de mí desaparezca de este mundo, nadie podrá seguirme ni aprovecharse de mi poder. Y nadie informaría a los Caballeros de mi retorno.Al dragón le bastó emitir un rugido para derribarles al suelo: aquello era una muestra de su tremendo poder. Light asió fuertemente el mango de su arma y apretó los dientes, esperando lo peor.
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Pero habéis cumplido con vuestro cometido. ―Esta vez utilizó a Adam para comunicarse con ellos―.
Y si no fuera así, yo seguiría anclado a esta tierra. Por esta vez, os dejaré marchar.Al final no cumplió su amenaza y les dejó vivir. Seguramente no hubieran sido rivales para él; o quizás sí, a saber. Si lo que decía era verdad, nunca lo comprobarían.
«
Mato a unas mujeres inocentes y libero a este monstruo que causará caos por el universo. Qué perfecto todo», pensó con ironía. Aquel día había comprobado de primera mano lo terrible que podía llegar a ser el poder de los Portadores. Creyendo que eran mujeres Sincorazón como Misstgunst y dejándose llevar por el miedo, había asesinado sin piedad a personas inocentes y al final había liberado a ese terrorífico dragón.
Al menos habían salvado la aldea, liberándola de la locura que la amenazaba. Contempló con satisfacción el reencuentro de Burke y su hermana; de no haber destruido al Missgunst jamás se hubiera producido y todos seguirían malditos.
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Lo siento, soy un cobarde. Te abandoné cuando me pediste que fuera a buscar ayuda. Mamá me lo recuerda todos los días.―Cállate, tonto. Te quiero y me alegro de que no te hubiera ocurrido lo mismo a ti.
Ambos se fundieron en un abrazo mientras Light les observaba, algo emocionado. Entonces, Burke aprovechó ese momento para decirle algo.
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Gracias.El Caballero simplemente asintió. No estaba demasiado orgulloso de sus acciones, pero sí algo satisfecho.
***Posteriormente había que encargarse de los fallecidos. Light obviamente se mostró cooperativo y se puso a cavar sin más dilación para preparar cuanto antes las tumbas. Su mascota sugirió ayudarle con la tarea, pero rechazó su ofrecimiento: prefería que se desmaterializara para evitar llamar demasiado la atención. Por esa razón también hizo desaparecer la llamativa armadura azul que le protegía, ahora que ya no había peligro no la necesitaba.
Lamentó naturalmente la muerte de Garin: ojalá hubiera podido evitarla de alguna manera. Por suerte, Minna y Humbert estaban vivos; la primera por los pelos gracias a las pociones que había traído el Maestro. Al igual que Burke, terminó reencontrándose con un familiar.
Pero ellos también recibirían una recompensa. De la Reina, ni más ni menos. Y gracias a las víctimas del Missgunst, quienes acordaron aportar un falso testimonio. Debido a que los Sincorazón no dejaban un corazón físico al desaparecer, su palabra era la única prueba que demostraba que habían exterminado la amenaza. Light agradeció sin dudarlo el favor que les hicieron.
De camino al castillo de la Reina, Akio les explicó todo lo que le había pasado. Que Bastión Hueco había acudido a aquel mundo y que un aprendiz se había colado en sus filas fueron noticias que le sorprendieron en gran medida, en especial la última. Abrió los ojos como platos. El comportamiento de Adam no le agradó demasiado al comienzo, pero al final habían cooperado y luchado juntos. Jamás se hubiera imaginado que se tratara de un enemigo.
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Esta es una de esas raras ocasiones en las que me oiréis decir esto, y no os acostumbréis a ello, ¿vale?: ha sido mi culpa ―admitió Akio, tragándose su orgullo―.
Tendría que haber desconfiado de él. Ese aprendiz os podría haber puesto en serios aprietos. ¿Os atacó?Intercambió miradas con Keiko y emitió una pequeña risa.
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Supuso una pequeña molestia al comienzo, pero terminó ayudándonos y todo ―respondió, todavía aturdido. Se preguntaba qué clase de misión le había encomendado Ariasu (se habría infiltrado en su grupo por alguna razón).
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No volverá a suceder. Os lo prometo.―
No pasa nada. Todos cometemos errores ―indicó, restándole importancia a su fallo.
***Una vez llegaron al castillo, se enteraron de que la Reina solamente quería hablar con Humbert. De su boca seguramente se enteraría del testimonio de las mujeres y, como consecuencia de esto, decidiría recibir a los aprendices también.
Light esperó con impaciencia en la entrada a que transcurriera la hora para reunirse con ella, acompañado de Neru. Cuando llegó el momento...
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¿Que nos tenemos que tapar los ojos? ―interrogó, jurando que sus oídos le habían engañado. «
¿Pero qué demonios…?».
Finalmente cedió, se tapó los ojos con las manos y se dejó guiar por los guardias. Durante el trayecto, sintió unas ganas irrefrenables de abrir los párpados y comprobar dónde se encontraban, pues aquel olor desagradable no le resultaba para nada normal. Además, le daba la impresión de que les hacían recorrer más de la cuenta para que no pudieran memorizar el camino.
Light no abrió en ningún momento los ojos (podría meterse en un lío si le pillaban) y esperó a que llegaran a su destino, muy impaciente.
En ese momento, finalmente los abrió y comprobó que se encontraban en una habitación oscura. Allí les esperaba la Reina, quien les dedicó una mirada glacial. Era la primera vez que Light la veía, pues al contrario que sus compañeros no asistió a la reunión de cazadores.
Parecía que de algún modo su recompensa tenía algo que ver con aquel espejo. La soberana extendió los brazos y empezó a recitar unas palabras.
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¡Esclavo del espejo, sal de la oscuridad! Vuelve de la eternidad. A través del viento y del fuego, ¡yo te invoco! Muéstrame tu rostro.El espejo mágico reaccionó tras las palabras formuladas por la mujer. Mostró llamas en su interior y después una máscara blanca que le sorprendió ligeramente. Ésta era capaz de hablar.
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¿Qué deseáis saber, Majestad?―
Como os prometí, vuestra curiosidad será saciada. Plantead una pregunta al espejo y él os responderá. Una solo, cada uno. Y cuando salgáis, no debéis hablar a nadie de lo que haya ocurrido aquí. Si lo hacéis, él me lo dirá. Y sufriréis las represalias acordes con la traición a vuestra Reina. Mi única condición es que no preguntéis por Misstgunst. No quiero volver a oír el nombre de esa criatura jamás.
»Elegid sabiamente las palabras que emplearéis.«
¿Responderá a… cualquier pregunta?».
Una recompensa increíble sin lugar a dudas. Era el momento perfecto para preguntar por la localización de sus padres, seguramente no tendría una oportunidad igual. ¿Pero realmente aquel objeto podía darles una respuesta segura? Todavía le costaba creerlo.
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Si nos disculpa… ―Comenzó a susurrarle a Neru para planear qué interrogarle al espejo―:
Tú tenías familiares desaparecidos, ¿verdad? Yo también, mis padres. Es posible que podamos preguntar por todos ellos gastando una sola pregunta. ¿Qué piensas? Si Neru aceptaba, éste plantearía la cuestión que les atañía a todos. Light esperaría impacientemente a que el espejo de la Reina respondiera y, tras asimilar la contestación lo mejor que pudo, formularía la última pregunta, la suya.
Podía preguntar por muchas cosas, muchísimas. Le gustara o no a la Reina, en aquel momento su prioridad fue la de despejar el misterio del Sincorazón: deseaba llegar hasta el fondo del asunto. Todavía no sabían quién era su amo. Dudaba que fuera el temible dragón, pues no había dado indicios de serlo; al contrario, Missgunst le había retenido en el mundo en contra de su voluntad. Además, se lo debía a esas mujeres.
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No preguntaré por la criatura ―aclaró en un primer momento―.
Pero sí por otra persona. ¿Quién le daba las órdenes al Missgunst, quién o qué la manejaba? Solo quiero saber su identidad por el bien de este reino, para mantenerle vigilado y que no se vuelva a repetir esta pesadilla. ―Se volvió un momento hacia la mujer que custodiaba el espejo―.
Como Reina, me imagino que estará de acuerdo. Si por el contrario la mujer ponía pegas e impedía que recibiera una respuesta, Light se mostraría extrañado. No tendría reparo en confesar lo que pensaba en consecuencia.
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Entonces puedo asumir que se trata de vos ―diría en ese caso.
No se dejaría chantajear y no dudaría en hacerle saber a Akio la respuesta (o el silencio, con las sospechas que implicaban) del espejo. En cuanto abandonara aquel castillo y regresara a la capital, claro.
Recuerdo que la pregunta de Neru va antes que la mía. Y Light esperará a que responda la de Neru antes de formular la suya.
Puf pues qué decir, que ha sido genial la trama. Aunque… tengo la sensación de que muchas cosas han quedado en el aire, no sé xD y el final ha sido como…¿muy apresurado? Espero que en el último post se aclaren cosVUELVEIWASHI