[La Red] Gift for you

Prólogo de Ban Oswald

Si ya has creado tu ficha, pásate por aquí para escribir la primera página de ese gran libro que va a ser tu vida. O échale un vistazo a los amigos y rivales con los que te encontrarás en un futuro.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[La Red] Gift for you

Notapor Soul Artist » Mié May 08, 2013 7:27 pm

No puedes huir de tu destino, usuario. Podrás correr, esconderte, pelear. Pero antes o después, vuelves al punto de inicio: tu partida se termina. Y vuelves a empezar. Así lo harás para nosotros, siendo nuestro pequeño sujeto de experimentos. Y ahora, prepárate. Porque lamentablemente para ti...

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»... Tengo un regalo para ti.

* * *

Nuevo juego online.
Pruébalo.

Tentador. Demasiado para un joven de quince años en plena pubertad, como lo era Ban Oswald. Incluso si pensaba en desaparecer, en dejar su casa e irse de Villa Crepúsculo para siempre; las ideas de un adolescente son demasiado frágiles frente a la posibilidad de un juego online free-to-play. Nunca había oído hablar de él, pero seguramente quizás alguno de sus amigos lo hiciese. Y tras descargarlo e instalarlo, cayó en la trampa.

Quedó enganchado a un juego que quizás nunca más pudiese dejar de jugar.

Un flash iluminó toda la habitación y, en un parpadeo, todo cambió. La luz del sol ya no se asomaba por la ventana: un característico color azul eléctrico lo había sustituido, aunque no pudiese reconocer bien lo que había pasado allí fuera. Su habitación, sin embargo, seguía siendo la misma: más oscura, pero la misma. Nada más allá de aquello había cambiado. Excepto la pantalla del ordenador, la cual se encontraba apagada.

Al mover el ratón, un mensaje apareció en ella en vez del programa que acababa de instalar. Y desgraciadamente para él, no era nada positivo lo que se encontraba frente a él.

«Virus Game Over instalado correctamente.
Diviértete.»

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Toda su habitación comenzó a temblar tras la lectura del mensaje. Los libros y cajas de DVDs cayeron de sus estanterías al suelo, mientras la pantalla del ordenador comenzaba a agitarse con fuerza y borraba su mensaje para dar paso a interferencias y ruido. La luz de la ventana se apagó, y el cristal fue roto por algo grande y alargado: una placa gris, empujada por un tubo de metal.

Las pared frente a él comenzó a agrietarse, y viendo la placa metálica que acababa de atravesar a la fuerza su ventana no era muy difícil imaginar que aquello no era una buena señal. Ban tenía unos segundos para escapar de la habitación, pudiendo tomar de ella un único objeto antes de salir: uno y no más. El tiempo apremiaba demasiado.

La pared iba a ceder de un momento a otro.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Jue May 09, 2013 6:33 pm

Ban Oswald se ajustó la gorra, preparado para marcharse. Aquel muchacho de quince años, nativo de Villa Crepúsculo, estaba de mal humor esa mañana. ¿El motivo? Tenía que ir a la presentación de la nueva tienda de su madre y no le hacía ninguna gracia. Pero, desgraciadamente para él, debía acudir para participar en el paripé de la familia feliz y unida (una gran mentira). Si no iba, se metería en todo tipo de problemas con sus padres y odiaba con todas sus fuerzas que se metieran en su vida. Su única opción era ir. Qué coñazo.

Tras asegurarse de que llevaba la videoconsola portátil con la batería cargada (iba a necesitarla para matar el aburrimiento) y el reloj de bolsillo de su abuelo, se dispuso a abrir la puerta. Pero un pitido le detuvo, proveniente de su ordenador de mesa: tenía un nuevo correo electrónico. Movido por la curiosidad y las pocas ganas de marcharse, volvió atrás para leerlo. Aquel era el correo más raro que había visto en toda su vida. No aparecía la dirección ni el nombre de quien lo había mandado, y sólo incluía una frase y un enlace:


«Nuevo juego online, pruébalo.»


Ban no había oído hablar de aquel juego, pero supuso que podría ser un nuevo MMORPG que buscaba beta testers y, sin darle mayor importancia, abrió el enlace. Grave error. El juego se descargó e instaló a toda velocidad, casi sin que el chico se diera cuenta, y de pronto un flash de luz iluminó toda la habitación. Cuando Ban pudo abrir los ojos de nuevo, todo había cambiado. Toda la habitación estaba más oscura, y la luz del sol parecía haber sido sustituida por un extraño color azul eléctrico. El resto del cuarto seguía igual, intacto, excepto por la pantalla del ordenador que ahora estaba apagada.

¿Qué demonios...?

¿Estaba soñando? ¿Qué demonios acababa de pasar? Ban observaba el nuevo aspecto de su cuarto con la boca abierta, intentando comprender lo que había sucedido. Todo había pasado al instalar aquel extraño juego, ¿acaso todo esto era parte del juego? La única teoría que le vino a la cabeza fue que se hubiese introducido en un juego de realidad virtual, pero era demasiado escéptico como para creerlo. A la tecnología aún le quedaba mucho para llegar a esos niveles, o eso creía. Entonces, ¿dónde demonios estaba?

Buscando respuestas, devolvió su atención hacia el ordenador. Al mover el ratón, la pantalla se encendió mostrando un mensaje en lugar del programa que acababa de instalar.

«Virus Game Over instalado correctamente.
Diviértete.»

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¡¿Virus?! ¡¿El juego era un virus?! —preguntó Ban al aire, furioso por la idea de que le hubieran engañado— ¡Esto es culpa del antivirus, que es una mierda! ¡Voy a denun...UAAAH!

No tuvo mucho tiempo para enfadarse. En cuanto terminó de leer el mensaje, toda la habitación empezó a temblar. Los objetos de las estanterías (videojuegos, DVDs, libros, revistas) cayeron al suelo, y en la pantalla del ordenador solo había interferencias y ruido, ni rastro del mensaje. Pero lo peor aún estaba por llegar: una enorme placa gris destrozó la ventana, y la pared frente a él comenzó a agrietarse. Algo estaba intentando destrozar la habitación.

Ban no se lo pensó dos veces. Se levantó de la silla y hecho a correr hacia la puerta, sin ni siquiera pararse para coger nada (lo único que le importaba de verdad, su consola y el reloj, ya lo llevaba encima en los bolsillos). Abandonó a toda prisa la habitación que amenazaba con derrumbarse, preguntándose por dentro qué demonios era esa cosa.

En serio, ¡¿qué demonios estaba pasando?!
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Gift for you - Ronda #2

Notapor Soul Artist » Mié May 15, 2013 5:40 pm

El chico tenía claras sus prioridades: debía salir pitando de allí. Poco importaban sus objetos materiales cuando su vida corría peligro de ser aplastada cual hormiga. Abrió la puerta y corrió hacia el exterior, con las placas tras él aplastando lo que quedaba de la habitación.

Pero al salir sólo se encontró que había escapado de la sartén para caer directo en las brasas. Más de aquellas placas cayeron del cielo con intención de espachurrarle, e inevitablemente se golpeó la cabeza con una de ellas, cayendo al suelo. Su cuerpo rodó a través de una rampa creada de aquellas mismas placas en el suelo, arrastrándole hacia las profundidades de allí donde estuviese. Tras él el camino se cerraba rápidamente, aplastando las placas con más energía todo aquello que encontraban.

Dejó de rodar al llegar a un túnel de paredes más amplias que aquel estrecho túnel, con el techo a dos metros sobre su cabeza. La habitación estaba prácticamente vacía, con paredes grises y líneas de color azul fuerte recorriéndolas como las venas del edificio en el que se encontrase. El túnel por el que llegó se cerró tras él con aquellas detestables placas, encerrándole y sin dejarle volver atrás.

Unos pocos elementos eran lo único que resaltaban a su vista: dos estatuas de dos metros y medio de alto, una a su izquierda y otra a su derecha. La primera era de un hombre con lo que parecía ser un disco de pequeño tamaño entre sus manos, colocados de frente, como si se tratase de un escudo. La segunda, por otra parte, representaba una mujer de pelo corto con el brazo izquierdo alzado al cielo, con el mismo disco, preparada para atacar de un momento a otro.

El otro elemento destacable de la habitación resultaba ser la puerta al fondo: hecha de algo parecido a cristal opaco, tenía un hueco en el que al parecer se podía colocar un objeto plato y circular. No podría abrirla por mucho que lo intentara: tendría que buscar algún modo.

El joven notó entonces que algo se movía por encima de su cabeza. El techo, observaría, estaba hecho también de aquel cristal opaco, y dos sombras se movían por él. Una de ellas se movía lentamente dependiendo de sus movimientos, siguiéndole bien de cerca y haciendo sonar sus pisadas por encima.

Ingenio. No le quedaba otra al pobre muchacho que ni siquiera sabía dónde había acabado.

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¡He acabado ya los exámenes! Estoy completamente disponible para ti. Siento el pequeño retraso.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Jue May 16, 2013 2:13 pm

Ban no perdió ni un segundo. Sin molestarse a recoger ningún objeto, abrió la puerta y salió a toda prisa de la habitación mientras las placas aplastaban lo que quedaba del cuarto. Pero lo que le esperaba fuera no era mucho mejor.

Del cielo llovían más de aquellas extrañas placas, que caían y espachurraban todo lo que se encontraban en su camino. Confuso y perdido, el joven Ban intentó esquivar los objetos, pero no pudo evitar que una de ellas le golpeara en la cabeza. El golpe le tiró al suelo y, casi sin darse cuenta, su cuerpo empezó a rodar cuesta abajo a través de una rampa creada por aquellas mismas placas. Rodó y rodó hacia las profundidades, hasta que por fin paró al llegar a una especie de habitación.

Demonios...eso ha dolido —se quejó el chico mientras se levantaba con cuidado, frotándose el golpe de la cabeza—. ¿Y ahora dónde estoy?

A Ban le costó unos minutos recuperarse del golpe y del viaje rodando cuesta abajo, e incluso hizo un ademán de vomitar. La nueva habitación a la que había llegado, de paredes grises y con unas extrañas líneas azules recorriéndolas como si fuesen cables gigantes, estaba casi vacía. Lo único llamativo que había en la sala eran dos estatuas, una a su derecha y otra a su izquierda, y una puerta al fondo. Tras él, el túnel por que el que llegó se había cerrado con más de esas placas. No tenía salida, estaba encerrado y su única vía de escape parecía ser aquella puerta del fondo.

Antes de acercarse a la puerta, el chico se paró a observar las estatuas. La de la izquierda representaba a un hombre con una especie de disco pequeño entre las manos colocadas al frente, mientras que la de la derecha era una mujer de pelo corto con el brazo alzado con otro disco en su mano, y por su posición parecía como si estuviera atacando a alguien. Ambas debían medir unos dos metros y medio como mínimo, y si las mirabas a las dos a la vez daba la impresión de que la mujer estuviera atacando al hombre y éste se defendía. Qué raro.

Ban siguió andando hasta llegar al fondo de la habitación. La puerta que había allí, hecha de un cristal opaco, sólo tenía un hueco circular en el centro, sin ningún picaporte o manivela. Y aunque el chico intentó todo lo que se le ocurrió para abrirla (empujar, darle golpes, insultarla), no hubo manera.

Maldiciendo por lo bajo, el joven Oswald se giró dispuesto a buscar por la habitación algún tipo de puerta o mecanismo secreto, pero entonces se percató de algo: algo se movía por encima de él. Al levantar la cabeza, observó que sobre el techo de cristal opaco se movían dos sombras. En concreto, una de ellas se movía lentamente siguiendo los movimientos de Ban y haciendo sonar sus pisadas por encima. Un escalofrío recorrió la espalda del chico. No le daba buena espina, pero por lo menos había encontrado a alguien en aquel extraño lugar.

¡Eh, vosotros! ¡Os estoy viendo! —gritó hacia arriba— ¡¿Dónde estoy?! ¡¿Qué demonios es este lugar?! ¡Responded!

Si no recibía respuesta o era ignorado, Ban devolvería su atención a la habitación. Sin dejar de mirar de reojo hacia arriba cada dos por tres, empezó a caminar por la sala con la esperanza de encontrar algo que le permitiera salir de allí hasta que se paró a observar de nuevo las estatuas. Y entonces se le ocurrió. Era bastante simple, demasiado obvio como para ser la solución, pero no perdía nada por intentarlo: ¿y si esos discos de las estatuas servían de llave para el hueco de la puerta?

Dispuesto a intentarlo, se acercó a la estatua del hombre e intentó quitarle el disco de las manos. Si lo conseguía y se hacía con el disco, iría a toda prisa hasta el hueco de la puerta para ponerlo. ¿Funcionaría?
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Gift for you - Ronda #3

Notapor Soul Artist » Jue May 16, 2013 7:52 pm

Ban no dudó ni por un momento en qué debía hacer en aquella sala. Se dirigió rápidamente hacia la estatua del hombre defendiéndose y tomó su disco; al hacerlo, tanto la estatua del varón como de la mujer se movieron hacia atrás silenciosamente, mientras un muro bloqueaba el camino a ambos. Una robótica voz resonó en la habitación, confirmando que había hecho lo correcto:

«Enhorabuena, usuario. Has seleccionado el rol de Defensor nvl 1.
Tus habilidades actuales son Atacar y Defender

La voz no habló de nuevo. Ban se movió por instinto hacia la puerta y colocó el disco delante de ella, sin necesidad de pista alguna. Antes de que el disco tocara la puerta, del centro de la muesca circular salió un láser de retina, el cual leyó los datos del objeto. La puerta se hizo a un lado en silencio, permitiéndole el acceso a un corto pasillo que llevaba una habitación circular.

«Logro desbloqueado: pensamiento rápido. Adquieres Defensor nvl 2.
Ahora puedes Defender con una Coraza

La nueva sala a la que podía acceder estaba también casi vacía en decoración. Frente a él había una mesa metálica circular de gran tamaño, con siete asientos con un alto respaldo a su alrededor. Tanto la mesa como las sillas estaban apegadas al suelo, haciendo imposible moverlas de su sitio. Junto a su puerta había cinco puertas más hasta la mitad de la habitación, todas dando a una doble salida frente a estas hecha, de nuevo, de un cristal opaco que no le permitía ver nada más allá. Y en el techo, de nuevo, algo se movía observándole.

No pasaron muchos segundos antes de que otra de las puertas se abriera. Del pasillo que conducía a esta salió una niña de piel muy pálida y pelo azul, con las manos tras la nuca y otro disco como el que Ban había cogido en su cintura. La chica vestía con un característico trajecito blanco y un llamativo largo lazo rosado. Su ropa terminaba en una falda negra que caía hasta sus tobillos, terminando por unos zapatitos de princesita negros. No tendría más de trece años.

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La chica miró al joven con cara aburrida por un momento, y tras inspeccionar la habitación por encima, sacó una videoconsola portátil como la de Ban de sus bolsillos y se dejó caer en uno de los asientos, encendiéndola y colocando sus pies sobre la mesa. No se dignó siquiera en dirigir un saludo al muchacho: toda una muestra de educación o de interés en saber qué estaba pasando allí.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Vie May 17, 2013 6:04 pm

En cuanto Ban cogió el disco de la estatua del hombre, las dos esculturas se echaron hacia atrás mientras un muro bloqueaba el camino a ambas. Pero lo que más sorprendió al chico fue la voz robótica que se escuchó en la sala a continuación:

«Enhorabuena, usuario. Has seleccionado el rol de Defensor nvl 1.
Tus habilidades actuales son Atacar y Defender

¿Usuario? ¿Defensor? ¿Habilidades?

¿Eran términos de un juego? Desde luego, lo parecían. El recuerdo de las posturas del hombre, usando el disco como si fuese un escudo, y de la mujer, que estaba a punto de lanzar el disco como un arma, le vinieron a la mente. Ban había elegido la del varón por tener el disco a menor altura, aunque ahora se preguntaba qué habría pasado si hubiera elegido a la mujer. Confuso por el aviso, el joven siguió con su plan y colocó el disco frente a la puerta del fondo. Antes de que pudiera encajarlo en el hueco, de la muesca circular surgió un láser de retina que escaneó los datos del objeto. Ban parecía haber hecho lo correcto, pues la puerta se abrió dando paso a un pasillo a la vez que la voz de antes volvía a hablar:

«Logro desbloqueado: pensamiento rápido. Adquieres Defensor nvl 2.
Ahora puedes Defender con una Coraza

Logro, niveles...definitivamente, esto parece un juego —comentó el chico en voz alta, mientras examinaba el disco que tenía en las manos—. Pero eso no es posible...¿no?

A Ban le costaba creer que de verdad estuviera dentro de un juego. ¿Desde cuándo era eso posible? Él seguía multitud de revistas y webs de videojuegos, y sabía que la tecnología no había avanzado tanto como para llegar a estos niveles de realidad. Pero de momento no encontraba otra explicación, y la falta de respuestas empezaba a cabrearle.

¡Demonios, quiero saber dónde estoy!

Malhumorado, Ban echó a andar por el camino que se había abierto. Tras un corto pasillo, llegó a una habitación circular que, como la anterior, también estaba casi vacía en decoración. Frente a él había una gran mesa metálica con siete sillas a su alrededor, todas ancladas al suelo incluyendo a la mesa. Pero lo que más llamó la atención del chico fueron las puertas que había junto a la suya, cinco en total, todas dando a una doble salida frente a estas hecha del mismo cristal opaco que no le permitía ver nada. Y, como antes, en el techo algo seguía vigilando sus movimientos.

Vale, ¿y ahora qué? —preguntó Oswald, mirando su disco esperando encontrar respuestas.

De pronto, otra de las puertas se abrió y alguien entró en la habitación. Se trataba de una niña, de no más de trece años de edad, con el pelo azul y una piel sorprendentemente pálida. Vestía con un trajecito blanco, un llamativo lazo rosado y una falda negra hasta sus tobillos terminando con unos zapatitos negros. Y lo más raro era que, a diferencia de Ban, no parecía estar sorprendida por el lugar ni la situación.

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La chica, que se limitó a echar un vistazo a Ban y a la habitación con cara de aburrida, se dejó caer en una de las sillas con una videoconsola portátil en sus manos. Ni se dignó a decir una palabra. Pero para el chico la actitud de la recién llegada suponía una oportunidad para conseguir las respuestas que tanto ansiaba.

Eh, tú, paliducha —Ban se plantó al lado de la niña y no dudó en poner la mano encima de la pantalla de la consola para llamar la atención de su propietaria—. ¿De qué va todo esto? ¿Dónde estamos?
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Gift for you - Ronda #4

Notapor Soul Artist » Mar May 21, 2013 7:24 pm

La niña miró de reojo a Ban y suspiró con algo de desprecio, volviendo a centrarse en la partida de su videojuego. No se dignó a contestar a su pregunta: las palabras que había escogido el muchacho no debieron ser de su agrado ni de su interés.

Dos de las puertas se abrieron y de ellas salieron dos jóvenes más: por un lado, una joven pelirroja de pelo liso y corto, hasta los hombros, con gafas de enormes lentes y montura negra. Una falda negra y una camisa negra componían su atuendo, junto con unas botas de lluvia negras bastante llamativas. Miró primero a la niña y después a Oswald, al cual se quedó mirando con los ojos entrecerrados.

¿Pero esto qué es? ¿Un secuestro? O sea, vale, si pensabais secuestrarme podríais hacerlo menos confuso, tíos. No meterme en una nave gumi y hacerme jugar a un juego.

La chica hablaba de cosas extrañas, pero la mente del joven tendría que apartarla para atender al otro invitado. Un extraño ser de dos metros y diez centímetros de alto se acercaba a él, de piel verde oscura y con cuatro negros ojos en el rostro y una punta en la zona de la boca con un pequeño agujero, asumiblemente la boca. Los brazos del monstruo eran enormemente largos, casi tocando el suelo y terminando en tres tentáculos de color más claro. Carecía de piernas, moviéndose por más tentáculos que le permitían moverse de un lado a otro. Y lo curioso es que, pese a todo, iba vestido: un traje negro con lo que parecía ser una nave espacial como símbolo en el pecho cubría su cuerpo.

¿Dónde estamos? ¿¡Q-qué hago aquí!? ¡N-no podéis llevarme en contra de mi voluntad, soy de la F-federación Intergaláctica!

Menos mal, un policía —suspiró la chica pelirroja. Se dirigió al monstruo recién llegado y señaló a Ban con el dedo, sin dirigirle ninguna palabra más—. ¡Estos dos me han secuestrado! ¡Arréstelos!

N-no, yo... Sólo me encargo de los ordenadores... No soy de los...

La niña pausó la partida y echó la mirada hacia el techo, donde la sombra que seguía a Ban seguía allí presente. Sonrió ligeramente y echó una pequeña risa para sí misma.

Vuestros secuestradores están arriba.

Las paredes se volvieron negras de golpe. El rostro de una mujer apareció en el techo, sustituyendo el cristal opaco: su rostro y pelo blanco pasaron completamente desapercibidos frente a sus ojos puros y llenos de maldad, remarcados por su iris amarillo fuerte. Sonreía con sus labios negros, clavando su mirada en los cuatro jóvenes.

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Bienvenidos —anunció, con una imagen estética de su rostro y sin mover los labios— a la Red.

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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Mié May 22, 2013 6:11 pm

Ante las bruscas maneras de Ban, la niña se limitó a mirarle de reojo y suspirar con algo de desprecio mientras volvía a centrarse en su videojuego. Ni se molestó en dirigirle la palabra.

¡Eh, que te estoy hablando! —protestó el chico— ¡Contesta!

Pero no tuvo mucho tiempo para enfadarse. Dos de las puertas se abrieron de golpe dejando pasar a dos nuevas figuras a la sala. La primera era una chica joven, pelirroja de pelo liso y corto hasta los hombros, y con unas gafas enormes. Vestía con una falda y una camisa negra, junto con unas botas de lluvia también negras bastante llamativas. Lo primero que hizo fue mirar a la chica, y después a Ban, al cual se quedó mirando con los ojos entrecerrados.

¿Pero esto qué es? ¿Un secuestro? O sea, vale, si pensabais secuestrarme podríais hacerlo menos confuso, tíos. No meterme en una nave gumi y hacerme jugar a un juego.

El joven Oswald enarcó una ceja, confuso. La pelirroja parecía igual de perdida que él, aunque hablara de cosas que no comprendía. Sin embargo, dejó de prestarle atención cuando vio al segundo recién llegado. Un extraño ser que debía medir unos dos metros y diez centímetros, con la piel verde oscura y con cuatro ojos negros en la cara. En la zona de la boca tenía una punta con un pequeño agujero, y sus brazos eran enormemente largos, casi tocando el suelo y terminando en tres tentáculos de color más claro. No tenía piernas, y parecía moverse con más tentáculos. Incluso iba vestido con un traje negro con un símbolo con forma de nave espacial cubriéndole el pecho. Daba mucho repelús.

¡Madre mía, qué bicho más feo! —gritó Ban, casi sin darse cuenta— ¡¿Qué demonios es eso?!

¿Dónde estamos? ¿¡Q-qué hago aquí!? ¡N-no podéis llevarme en contra de mi voluntad, soy de la F-federación Intergaláctica!

¡Hablaba! Ban no podía dejar de mirar con la boca abierta al monstruo, el cual también parecía igual de perdido que él y que, como la otra recién llegada, también hablaba de cosas que no entendía.

Menos mal, un policía —suspiró la chica pelirroja. Se dirigió al extraño ser y señaló a Ban con el dedo—. ¡Estos dos me han secuestrado! ¡Arréstelos!

¡Yo no he secuestrado a nadie, gafotas! —volvió a protestar el señalado, indignado— ¡No te atrevas a acusarme, yo tampoco tengo ni idea de dónde demonios estamos!

N-no, yo... Sólo me encargo de los ordenadores... No soy de los...

Por su parte, la chica paliducha pausó su partida y alzó la mirada al techo, donde la sombra que seguía todo el rato a Ban seguía allí, quieta. Sonrió ligeramente y echó una risita para sí misma.

Vuestros secuestradores están arriba.

¿Secuestradores...?

De pronto, todas las paredes se volvieron negras. En el techo, sustituyendo al cristal opaco, apareció el rostro de una mujer de rostro y pelo blanco, aunque lo más impactante eran sus llamativos ojos oscuros remarcados por un iris amarillo fuerte. Ban sintió un fuerte escalofrío por todo su cuerpo, mientras miraba cómo la mujer sonreía con sus labios negros, clavando su mirada en los cuatro presentes. Daba auténtico miedo.

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Bienvenidos —aunque hablaba, ni su rostro ni sus labios se movían— a la Red.

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¿L-la Red? ¿Qué demonios es eso? —preguntó Ban, inseguro ante el rostro de la mujer— ¿De qué va todo esto?

La aparición del rostro había sido impactante, y al chico no le podía dar peor espina, pero parecía tener la intención de explicar lo que estaba sucediendo. Y Oswald necesitaba respuestas.
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Gift for you - Ronda #5

Notapor Soul Artist » Lun May 27, 2013 2:42 pm

La chica de las enormes gafas dirigió una mirada a Oswald cuando preguntó en alto qué estaba pasando, algo extrañada. Sin embargo, el rostro de la mujer pálda cambió para sonreír hipócritamente, volviendo a centrar la atención de los cuatro presentes.

Vosotros, usuarios, habéis sido seleccionados para jugar a la 3ª edición de los Juegos del Enjambre —explicó su casi cínica voz, sin darle importancia alguna— . Enhorabuena: Martha Whedon, rol Maga negra nvl 1; J'ok Skropp, rol Guerrero nvl 1; Alexis Blackblood, rol Apoyo nvl 3; Ban Oswald, rol Defensor nvl 2. Vuestros compañeros Joe Fango y Trish Limpsey no han superado la primera prueba.

Dos gritos desviaron la vista del extraterrestre y la joven de las gafas en dirección a las dos puertas que no se habían abierto. Al otro lado de estas, una mujer y un hombre expresaron su dolor en el máximo volumen que sus cuerpos lo permitían para, apenas dos segundos después, callar de golpe. La niña junto a Oswald ni se inmutó, volviendo a centrarse en la partida de su videoconsola en vez de en la cabeza gigante por encima de ella.

Espera a que guarde mi partida.

Superaréis dos pruebas más. Si llegáis hasta el final, os enfrentaréis a un jefe final frente al que mostrar vuestro valor —el rostro fue sustituido por un mapa tridimensional que señalaba la ubicación de los jugadores con un punto rojo en una pequeña estancia, junto a dos más de mediano tamaño que se dirigían hacia una enorme circular— . Si alguno de vosotros sobreviviese, se le ofrecerá un puesto en el ejército personal de nuestro señor CLU... O la salida a este mundo.

¿Y ya está? ¿Ninguna clase de recompensa extra? —expresó la chica de las gafas, apretando los puños por lo bajo—. O sea, ¿me secuestráis para amenazar mi vida y si gano dejarme libre sin más? ¿¡Quién se va a unir así a un estúpido ejército!?

El rostro de la mujer pálida volvió a surgir, esta vez más grande y fulminando con la mirada a la joven. Sus ojos brillaban con un tono naranja muy fuerte, casi ardiente.

En la próxima sala encontraréis vuestra segunda prueba.

El rostro gigante desapareció y, en su lugar, la puerta del fondo de la habitación se abrió, dando acceso a una habitación blanca y de aspecto más amplio. El monstruo de los tentáculos se llevó una de sus extremidades al cuello, nervioso.

E-esto no puede acabar bien. Y-yo estoy preparado para proteger a los mundos, no para luchar en un v-videojuego...

¡La culpa es de este! —gritó la chica, señalando directamente hacia Oswald—. ¡Él nos ha secuestrado! ¿Es que nadie más lo vio? ¡Está aquí para vigilarnos!

¿D-de qué hablas?

La chica de las gafas esperó a una respuesta por parte de Oswald y, una vez la hubiese dado o no, le agarró por la camisa y le empujó contra una pared, sin darle oportunidad de liberarse. Le clavó los ojos, llenos de rabia, mientras le interrogaba.

¡¡Habla!! —le exigió—. ¡¡Dinos de qué va esto!! Yo te vi. ¡Estabas allí! ¡En mi ordenador! Mensaje enviado por Ban Oswald a Martha Whedon, este nuevo juego es genial. ¡Te vi en el avatar!

Quienes se pelean se desean.

La burla de la niña hizo reaccionar a la chica gafapastera. Con un signo de desprecio soltó al chico y maldijo en bajo su existencia, acercándose al monstruo de los tentáculos y haciéndole una señal para dirigirse hacia la siguiente estancia. La niña, por su parte, observó por encima del hombro a Ban y volvió a su partida unos segundos para después apagar la consola. Se levantó finalmente de su asiento y esperó unos segundos para ver si Ban le decía algo, antes de dirigirse hacia la siguiente estancia.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Mié May 29, 2013 5:17 pm

Vosotros, usuarios, habéis sido seleccionados para jugar a la 3ª edición de los Juegos del Enjambre —en su rostro ahora había una sonrisa falsa, y su voz sonaba despreocupada— . Enhorabuena: Martha Whedon, rol Maga negra nvl 1; J'ok Skropp, rol Guerrero nvl 1; Alexis Blackblood, rol Apoyo nvl 3; Ban Oswald, rol Defensor nvl 2. Vuestros compañeros Joe Fango y Trish Limpsey no han superado la primera prueba.

Antes de que Ban pudiera abrir la boca para preguntar, dos gritos se escucharon en la sala. Provenían de las dos puertas que no se habían abierto, auténticos chillidos de dolor de un hombre y una mujer que apenas duraron unos segundos antes de callar. Ban se quedó paralizado, completamente confuso. Debían de ser los dos que no habían superado "la primera prueba", pero...¿qué les había pasado?

Espera a que guarde mi partida —dijo la chica de la consola, que ni se había inmutado.

¡¿Cómo puedes estar tan tranquila?! —le preguntó el rubio, alucinado por la actitud de la niña.

Superaréis dos pruebas más. Si llegáis hasta el final, os enfrentaréis a un jefe final frente al que mostrar vuestro valor —la cara de la mujer desapareció para dar paso a un mapa tridimensional que señalaba la ubicación de los jugadores con un punto rojo en una pequeña estancia, junto a otras dos más de mediano tamaño que se dirigían hacia una enorme circular— . Si alguno de vosotros sobreviviese, se le ofrecerá un puesto en el ejército personal de nuestro señor CLU... O la salida a este mundo.

Ban frunció el ceño, confuso. No había entendido muy bien lo que había dicho, y necesitaba aclaraciones. Pero antes de que pudiera preguntar, alguien se le adelantó.

¿Y ya está? ¿Ninguna clase de recompensa extra? —le gritó la gafotas, apretando los puños por lo bajo—. O sea, ¿me secuestráis para amenazar mi vida y si gano dejarme libre sin más? ¿¡Quién se va a unir así a un estúpido ejército!?

Cierra el pico, pesada.

Ban no pudo evitarlo. Esa chica le ponía de los nervios, y escuchar sus gritos aún más. Por suerte, el rostro de la mujer pálida volvió a surgir y fulminó con la mirada a la pelirroja, que calló.

En la próxima sala encontraréis vuestra segunda prueba.

Fue lo último que dijo. En cuanto la mujer desapareció del techo, la puerta del fondo de la habitación se abrió dando acceso a una habitación blanca y más amplia. Tenían que avanzar.

E-esto no puede acabar bien. Y-yo estoy preparado para proteger a los mundos, no para luchar en un v-videojuego... —la "cosa" de los tentáculos se llevó una de sus extremidades al cuello, nervioso.

¡La culpa es de este! —gritó la pelirroja, señalando directamente hacia Ban—. ¡Él nos ha secuestrado! ¿Es que nadie más lo vio? ¡Está aquí para vigilarnos!

¿D-de qué hablas?

Tú estás chiflada —repuso el acusado, cada vez más enfadado con ella.

De pronto, la chica le agarró por la camisa y le empujó contra una pared con fuerza. Aunque Ban lo intentara no podía liberarse con facilidad, la chica era más fuerte de lo que parecía.

¡¡Habla!! —exigió—. ¡¡Dinos de qué va esto!! Yo te vi. ¡Estabas allí! ¡En mi ordenador! Mensaje enviado por Ban Oswald a Martha Whedon, este nuevo juego es genial. ¡Te vi en el avatar!

¿P-pero tú que dices...? —Oswald no tenía ni idea de qué estaba hablando la chica, él no había enviado nada a nadie.

Quienes se pelean se desean.

El comentario de la otra chica hizo que la tal Martha soltara al rubio con un signo de desprecio. Se acercó al monstruo de los tentáculos y le hizo una señal para que le siguiera hasta la siguiente estancia. La paliducha, que debía de llamarse Alexis, apagó finalmente su consola y se levantó de su asiento mirando a Ban.

¿Qué? ¿Tú también me vas a acusar como esa lunática? —le soltó éste, a la defensiva— Yo no he hecho nada, ¡toda la culpa es de la tía del techo!

Por un momento, Oswald tuvo el impulso pasar de todo esto, sentarse en una de las sillas a jugar con su videoconsola, y negarse a participar en toda esta movida. La gafotas le acusaba de cosas imposibles, ¿cómo iba a hacerle mandado él nada, si no tenía ni idea de qué estaba pasando? Odiaba que le echaran la culpa. Pero decidió seguir adelante por puro orgullo, quería ver cómo seguía estos "Juegos del Enjambre", lo necesitaba. Iba a demostrarles que él no tenía la culpa de nada y les cerraría la bocaza.

Apretando los puños y con una mezcla de enfado, curiosidad y miedo en el cuerpo, siguió a los demás hasta la siguiente sala. La segunda prueba les esperaba.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor EspeYuna » Sab Jun 08, 2013 9:12 pm

La niña que se hacía llamar Alexis avanzó unos metros siguiendo de cerca a la otra pareja, pero no sin antes contestar a Oswald:

¿Por qué debería? —rio descaradamente, decantando burla en el tono de su voz— Ya se lo he dicho a ellos, pero parecen duros de sesera. Quienes os han secuestrado —Alexis volvió a levantar el dedo índice hacia el techo, haciendo recordar a Oswald el rostro de aquella enigmática mujer de iris centelleante— son los de ahí arriba.

* * *


¿¡Pero qué coño es esto...!?

Los cuatro llegaron a una sala más amplia que la anterior, con un techo apenas visible a sus ojos y una infinita oscuridad que los abrazaba a su alrededor. Un sólo foco que provenía de arriba los iluminaban a ellos y una pequeña parte del suelo. El alien levantó sus tentáculos, asustado y víctima del terror.

Pues no estaban solos dentro de aquel oscuro paraje.

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A su alrededor comenzaron a surgir una veintena de ojos inyectados en el mismo iris que la mujer que les habló minutos antes, su supuesta secuestradora como decía Alexis. El foco comenzó a extender su luz a lo largo y ancho de la sala, hasta que por fin se dejaron ver.

Unas criaturas pequeñas de color negrizo. Aunque con su aspecto podría decirse que parecían ser una extraña mutación de hormigas gigantes, por sus antenas que se movían de un lado a otro. A dos patas y cabizbajas, todas y cada una de ellas comenzaron a acercarse con sigilo a las dos parejas.

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Vaya, qué cosa tan sencilla —suspiró la muchacha de piel grisácea, algo decepcionada— y aburrida.

De repente, Ben escuchó a su espalda un grito desgarrador, proveniente de la irritante Martha. El alien contemplaba aterrado como la sangre comenzaba a gotear del brazo de su compañera. Una de aquellas hormigas se había abalanzado sobre ellos, hiriendo a la joven. Ésta maldijo por lo bajo, dejando escapar alguna palabrota ininteligible a oídos de los demás.

¡No os quedéis quietos! ¡Vamos!

Pero aún así, tenía agallas. No como su compañero, quien parecía costarle el reaccionar. Agarró el disco que portaba en su espalda y lo lanzó con su zurda a la que le había atacado. La atravesó e hizo desaparecer en humo negro.

Lo único que cabía entender de todo aquello es que su segunda prueba consistía en sobrevivir. Sin salida alguna, ni puertas, ni ventanas.

Quedarse quieto no es una opción —advirtió la voz de aquella mujer, en algún lugar fuera del alcance de sus ojos—. No suelo dar consejos, ¿sabéis? Consideraos... afortunados.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Mié Jun 12, 2013 6:06 pm

¿Por qué debería? —contestó Alexis, riéndose descaradamente— Ya se lo he dicho a ellos, pero parecen duros de sesera. Quienes os han secuestrado —volvió a señalar hacia el techo, donde unos momentos antes se encontraba el rostro de la mujer— son los de ahí arriba.

Ban gruñó por lo bajo, echándole una mirada de malas pulgas a la chica. Había vuelto a decir lo mismo de antes, "vuestros secuestradores están arriba". Esa paliducha sabía más que los demás, se notaba con sólo mirarla. De hecho, recordando sus palabras el chico se dio cuenta de algo: había hablado en segunda persona. ¿Os? ¿Vuestros? ¿Por qué ella no se incluía...? Más preguntas sin respuestas.

* * *


¿¡Pero qué coño es esto...!?

La siguiente sala era más amplia que la anterior, con un techo que apenas podían ver y una infinita oscuridad rodeándolos. La única luz de la estancia era un foco que iluminaba a los cuatro usuarios y a una pequeña parte del suelo. Aquel era el escenario de la segunda prueba.

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De pronto, de entre la oscuridad comenzaron a aparecer una veintena de ojos amarillos, amenazantes. Poco a poco el foco de luz fue iluminando toda la sala, dejando ver las criaturas a las que pertenecían esos ojos.

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¡¿Qué demonios...?!

Eran unas extrañas criaturas negras, de tamaño pequeño, con un par de antenas que se movían de un lado a otro. Caminaban a dos patas, cabizbajas y con sigilo, directas hacia los cuatro muchachos. No parecían precisamente amigables.

Vaya, qué cosa tan sencilla —comentó Alexis, decepcionada por la aparición de las "hormigas"y aburrida.

¿Qué se supone que tenemos que hacer...? —preguntó el rubio, que mantenía las distancias con los seres mientras miraba de reojo a la paliducha, esperando una respuesta.

Pero un grito desvió su atención hacia atrás. Martha, la gafotas insoportable, había sido atacada por una de las criaturas y tenía una herida en el brazo. Su compañero, el ser de los tentáculos, miraba horrorizado la sangre en el brazo de la chica mientras ésta maldecía por lo bajo. Incluso el propio Ban no pudo evitar hacer un gesto de desagrado al ver la sangre de la pelirroja, dando un paso hacia atrás.

¡No os quedéis quietos! ¡Vamos!

A pesar de su herida, la chica agarró el disco que portaba en su espalda y lo lanzó con fuerza a la criatura que le había atacado. El disco, como si fuese un arma, atravesó a la hormiga y la hizo desaparecer en humo negro.

Pero Oswald estaba bloqueado. Desde el principio se había cuestionado si este lugar era real o era algún tipo de videojuego, una realidad virtual. Pero la sangre y el gesto de dolor en la cara de Martha lo cambiaba todo. ¿Podían resultar heridos de verdad? Los gritos de las dos personas que no habían pasado la primera prueba resonaban en la cabeza del chico, más asustado que nunca. ¿Podían...llegar a morir?

Quedarse quieto no es una opción —la voz de la mujer blanca resonó en la sala, advirtiendo a los participantes—. No suelo dar consejos, ¿sabéis? Consideraos... afortunados.

¡Cállate, lunática! —le gritó Ban, que había agarrado con fuerza su propio disco.

La advertencia de la mujer le había servido para reaccionar. Tenía muchas preguntas, muchas dudas que resolver, pero no era el momento ni el lugar. La prueba era clara: derrotar a esas cosas, y sobrevivir. Y Ban no tenía ninguna intención de perder. Imitando a su compañera, el joven Oswald apuntó y lanzó su disco con rabia hacia la hormiga más cercana.

La segunda prueba había comenzado.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor EspeYuna » Lun Jun 17, 2013 6:00 pm

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La voz femenina y virtual rio entrecortadamente. Y parecía no estar disfrutando sola, pues desde algún punto de la sala se escuchó un ensordecedor aplauso.

Qué desagradecido eres.

Ban lanzó su disco sin más destreza y puntería que la de un muchacho de ciudad normal y corriente. Puede que vulgar, a ojos de los espectadores, pero lo suficiente como para dar con una de las hormigas que amenazaban la vida de todos. Si el joven se giraba a ver cómo le iba a su compañera, se sorprendería al verla tirada en el suelo con la maquina encendida, sacando la lengua de forma infantil y esforzándose por llegar al jefe final de su partida... pero no para salvar el pellejo en la realidad.

Vigila tu espalda, inútil —para sorpresa de Ban, su compañera Alexis, sin apartar la mirada de la consola, predijo un ataque que el joven pudo esquivar a tiempo.

La batalla seguía: eran demasiados en principio, pero poco a poco la cosa iba menguando, hasta tal punto de superar a las hormigas en número. Sin embargo, tan sólo Ban y la gafotas se encargaban de ellos.

Si Alexis pasaba de ayudar, el pequeño marciano se encontraba estancado en el mismo sitio, tiritando y muerto de miedo. Esquivó a tiempo unos cuantos ataques con ayuda de su compañera, pero inevitablemente recibió un arañazo en el pecho que lo asustó mucho más, escondiéndose en un rincón y cubriéndose la cabeza. En la lejanía se escuchaban risas despectivas, llenas de burla.

Quedaban sólo tres hormigas, mas de la oscuridad surgieron tres pares de ojos más.

¿Es que nunca se iban a acabar?

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Siento el retraso, esta vez iremos más de seguido u.uU
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Mar Jun 18, 2013 6:54 pm

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Qué desagradecido eres —rio la mujer, acompañada de unos aplausos de fondo.

¿Aplausos? ¿Acaso no estaba sola? Pero Ban no tenía tiempo para pensar en eso, estaba demasiado ocupado intentando sobrevivir. Había acertado en su ataque y la hormiga había desaparecido, pero el resto seguían allí, avanzando hacia él con las garras listas para ser usadas. La pelea sólo acababa de comenzar.

El chico, asustado y con las piernas hechas un flan, se esforzaba todo lo que podía en mantenerse en movimiento, alerta, y en apuntar lo mejor que pudiera al lanzar su disco. Pero cuando se giró para ver cómo le iba a Alexis, descubrió que su compañera tenía una actitud completamente opuesta a la suya: estaba tirada en el suelo jugando a la videoconsola. Increíble.

¡¿Qué demonios estás haciendo?! —le gritó Oswald, que no daba crédito a lo que veían sus ojos— ¡Vas a conseguir que te ma...!

Vigila tu espalda, inútil —le interrumpió la chica, sin apartar la mirada de la consola.

¿Qué…? ¡Ah! —la advertencia de la paliducha sirvió para que el rubio esquivara un ataque por los pelos. ¿Cómo lo había hecho?

Por su parte, Martha y J’ok estaban en una situación similar. Mientras la pelirroja peleaba con uñas y dientes contra las criaturas, el alienígena se había quedado paralizado en el sitio muerto de miedo, incapaz de reaccionar. Aunque su compañera intentaba ayudarle todo lo que podía, el marciano acabó por recibir un arañazo en el pecho que le asustó aún más. Entre risas que resonaban por la sala, el miedica corrió a esconderse en un rincón con la cabeza cubierta, temblando como una castañuela.

Con mucho esfuerzo, Ban y Martha consiguieron reducir el número de hormigas a tres. Parecía que la prueba estaba a punto de acabar, la victoria era suya, pero de pronto de la oscuridad surgieron tres criaturas más.

¡Demonios, estas cosas son un coñazo! —protestó Ban, que empezaba a cansarse de tanto movimiento— ¡No se acaban nunca!

»¡Eh, vosotros dos, no os quedéis ahí quietos! ¡Moveos!


Pero el rubio no tenía tiempo para conseguir que Alexis y J’ok reaccionaran, las hormigas volvían a la carga. Lanzó su disco a la más cercana mientras examinaba a toda velocidad la sala de arriba a abajo.
Tal vez, sólo tal vez, se le había pasado algo que le pudiera ayudar.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor EspeYuna » Mar Jun 18, 2013 8:04 pm

J'ok no se movió, víctima del miedo. Martha conseguía mantener alejadas a las criaturas de su compañero, pero las cosas se estaban poniendo feas, pues ambos jugadores notaban el cansancio. Ban podría comprender el comportamiento de J'ok, pero no el de Alexis. Ésta suspiró al escuchar un grito de Martha, quién recibió otro arañazo del enemigo, apagó la consola y se sentó de hombros en el suelo y cruzada de brazos, contemplando el panorama.

De verdad, sois patéticos.

Y con un movimiento de manos por parte de la muchacha grisácea, algo extraño sucedió. De la nada surgieron dos grandes bolas de energía que aplastaron por completo a la horda de hormigas que quedaban en la sala. Martha acercó la mano y comprobó que ésta sentiría un enorme peso sobre lo que acababa de aparecer, cayendo de rodillas al suelo.

La curiosidad mató al gato —bufó Alexis, sacando la lengua—. ¿No te han dicho que no debes tocar las habilidades de otros en plena acción? Podría matarte sin querer.

Ugh —gruñó la muchacha, intentando alejar la mano de la magia que desprendía la esfera. Alexis se adelantó, y para cuando el hechizo concluyó, el enemigo se había evaporado. Quedaban partículas y restos de humareda negra a su alrededor—. ¿¡J'ok!?

Martha se acercó al malherido J'ok, temiendo por su seguridad. El pequeño repitió una y otra vez que estaba bien, pero se aferró enseguida a las ropas de Martha. Era un niño pequeño, ¿cuántos años tendría? Aquel lugar, aquella situación, todo era superior a sus fuerzas.

Enhorabuena: Martha Whedon, rol Maga negra nvl 1; J'ok Skropp, rol Guerrero nvl 1; Alexis Blackblood, rol Apoyo nvl 3; Ban Oswald, rol Defensor nvl 2. Habéis superado la prueba.

¿A qué estás esperando para deshacerte de él?

La gafotas mostró enfurecida sus dientes mientras fulminaba con la mirada a Alexis.

¿Qué acabas de decir?

No tienes un compañero, sino un estorbo —dijo la joven, levantándose del suelo y acercándose a ambos—. Los de ahí arriba se han divertido con el espectáculo del bufón, pero lo novedoso se convierte en coñazo al poco tiempo.

» Si no lo matas tú, lo matarán ellos.


¡Déjate de gilipolleces! ¡Tú no tienes derecho a decidir lo que tengo que hacer! ¡Es más, tú no has ayudado a tu compañero!

No necesitaba mi ayuda. Habría sido demasiado fácil desde un principio, ¿no? —Alexis esbozó una tétrica sonrisa mientras una humareda se concentraba en su diestra— Además, si no quieres mancharte las manos de sangre...

Alexis se acercó peligrosamente a J'ok y a Martha.

Me encargaré yo por ti.

Los aplausos se escucharon en la lejanía, vitoreando lo que iba a ser un asesinato en vivo.
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