Mepirotron escribió:Esta es más de mi hermano que mía. Y no es graciosa, pero es anécdota. Ahí va.
Vino mi hermano a la cuna y me pegó un puñetazo en la nariz (a sangrar como nada). No sé cuántos años tenía, pero eran pocos MUY pocos.
Ay, la envidia entre hermanos. Tan sana... ¿Se puede saber qué edad tenía el chiquillo?
¿Anécdotas, yo? Entre los cuatro y cinco años, en un parque con mi abuela vigilando, me abrí la cabeza; un porrón de puntos y la frente marcada para el resto de mi vida, todavía se puede apreciar. Lo "gracioso" del tema es que nunca he sido capaz de averiguar la verdadera versión de la historia, pues mi abuela dice que no se acuerda de cómo me lo hice pero sí de la sangre y el hospital. Unos dicen que me balanceaba en los columpios, me solté y salí volando; otros, que como iba disfrazado de Batman, iba a bajarme por un tobogán, me enganché, caí y me pegué un tortazo; y la versión más tonta, que iba caminando hacia la zona de juegos, cuando tropecé y tuve la mala suerte de caer de cabeza sobre una de las vallas con punta del parque.
Sea como sea, siempre ha sido un tema de debate dentro de la familia. Y yo no puedo evitar acordarme cuando me miro la cocorota.