bumb, bumb
El latir del corazón, acelerándose lentamente, sentir algo extraño, cosquilleo en el estomago, un lento susurro al oído, una caricia agradable ¿Que era aquello, amor?
El aprendiz quedó totalmente desconcertado ante aquello, primero pensó ¿Era amor por Kasumi? No, enseguida pudo ver el rostro angelical de la persona a la que no podía olvidar, Wix.
Tremendamente[i/] sonrojado el aprendiz no podía dar crédito a lo que sentía, ni siquiera conocía a aquella chica ¿como podía estar enamorado de ella, tal vez culpa de sus hormonas animales? No podía creérselo.
—Que... ¡¿Que me pasa?! — Exclamó mientras golpeaba el suelo con su cabeza —¡No me puede estar pasando esto! — Se engañaba a si mismo, era claro lo que sentía, pero no quería creérselo.
Kasumi, intrigada, observaba aquel absurdo espectáculo —[i]¿Es una especie de costumbre? — Preguntó viendo el extraño comportamiento del aprendiz.
—No, no, no, no, no, no — Calló un segundo —Verla ¡Eso es, necesito verla!
—¿Ver, a quien?
Ignoró completamente a la chica mientras intentaba invocar su llave espada sin éxito.
—Hola… Qué tal si… pasamos el rato por ahí — De golpe un chico apareció y se acercó a Hiro, era Exuy, parecía estar raro, sonrojado y nervioso.
—Pasear... ¡Pasear, eso es, vamos a robar una nave Gumi para ir a ver a mi Wix! — Exclamó mientras se iba por ahí a buscar una nave gumi, a saber donde.
MoguDer
—Kupó — El pequeño Moguri buscaba al Bibliotecario hasta que sintió una extraña sensación recorrer todo su cuerpo, no sabía explicar bien que era, pero sabía que algo en el había cambiado, como si hubieran resucitado en el viejos sentimientos escondidos en lo más profundo de su ser.
Mientras el Moguri tenía un conflicto en su interior, Light aprovechó la situación para agarrarlo por detrás.
—He estado esperando tanto este momento, Moguder. ¿Te apetece chocolate? Tengo todo el chocolate que te puedas imaginar en mi habitación — El pobre Moguri forcejeaba e intentaba escapar con todas sus fuerzas, pero era inútil, aquel depravado chico era más fuerte.
—Lo siento, pero sólo puedo pensar en Moguder. Es el amor de mi vida
—¡Kupóespera, yo no soy gay! — Gritaba el Moguri —Ni siquiera soy un humano ¡¿Eres uno de esos tíos raros que les molan los Moguris?! — Exclamó nervioso ¿que pasaba aquel día? Todo el mundo se comportaba de forma extraña, y encima la herida que MoguDer sentía en su corazón se había vuelto a abrir con aquella extraña sensación hacia una chica que no conocía.
—Kupósi me sueltas te concierto una cita con Tandy, el es más peludito y parece un peluche, además, tiene piernas más largas, para, ya sabes, esas cosas que les gustan a los de tu... bueno, ya me entiendes — Solo le quedaba la negociación, o freír al aprendiz con Electros —¡Kupósi no te puedo organizar una cita con Mei, una persona tan desesperada es perfecta para ella, o si no con Hiraku ese, que me cae mal! — Empezaba a temer seriamente por su ano.