Light fue a abrir de nuevo la trampilla hacia el pasadizo, pero... De nuevo, no pudo. Algo en la mansión debía de odiarle mucho, porque se habían empeñado en no dejarle pasar por ahí.
¿Volvería a intentarlo, o intentaría otra cosa?
El vestíbulo seguía igual de antes, salvo que cada vez faltaban más retratos de aprendices en la pared. Incluso en aquel momento había alguno que otro ardiendo, indicando la muerte de alguien más.
Sin embargo, la puerta del sótano seguía igual de bloqueada que antes. Tendría que hacer otra cosa.
Justo antes de salir del invernadero, algo llamaría la atención de Colibritany. En el suelo había hormigas. Pero no era eso lo raro, sino que se habían colocado de tal forma que habían escrito un mensaje perfectamente legible:
Ya había leído, tenía una pista que seguir, sobre todo porque ella tenía un cristal en su poder. Pero, por desgracia para ella, nunca tendría la oportunidad de seguir las instrucciones de las hormigas: al salir al jardín, la guadaña se cobró su tercera víctima. La cabeza de Colibritany cayó al suelo y segundos después toda ella explotó en luces brillantes.
El cristal azul quedó tirado frente a la puerta del invernadero mientras la armadura seguía su curso.
¡A jugar a la ouija! Kairi y Saito, que había llegado en el último momento, decidieron participar en tal tenebroso juego. Pusieron un dedo cada uno sobre la flecha y ésta empezó a moverse casi al instante, respondiendo a la pregunta de la chica. Letra a letra, formó una frase:
E.N.C.O.N.T.R.A.D. L.O.S. 4.
Esa fue la respuesta a la pregunta. Kairi se fue de vuelta al pasadizo, mientras que Maya por su parte examinaba la tumba. Era vieja, como casi todo lo de la casa, y tuvo que quitarle polvo y alguna que otra telaraña para poder leer lo que estaba inscrito en la piedra:
GENERAL G-----
La lápida estaba en tan mal estado que eso era lo único legible. Por suerte o por desgracia, no había más pistas en la tumba. Tendría que investigar en otra parte.
Kairi volvió al pasadizo, aunque sin novedades. Ella debía elegir adónde ir ahora.
La suerte estuvo de parte de Yui de nuevo, porque a pesar de que en el primer piso había una nueva armadura viviente, pudo esquivarla y meterse en la segunda habitación de la planta.
Allí esperaba lo que se describía como una habitación de juegos infantiles. Juguetes tirados por el suelo, dibujos y paredes pintadas, y una llamativa casa de muñecas en un lado. Un misterioso muñeco de plomo, de pie sobre el suelo, parecía estar mirándola.
Además de esos dos elementos, había un armario que había sido abierto y registrado hace poco. ¿Qué debería investigar primero?
En cuanto Ragun fue a abrir el cofre, éste cobró vida. Como si tuviera dientes de verdad, mordió las manos del aprendiz y se las arrancó de cuajo, dejándole doblemente manco. Upsi. Por suerte, una vez merendado, no volvió a moverse, así que no supuso más peligro. Pero Ragun se había quedado sin manos. ¡Si encontraba a Hana, podrían formar el club de los sin-manos!
Fátima, por su parte, pudo leer la carta que había dentro del sobre:
"No aguanto más.
He soportado demasiadas burlas, demasiadas mofas, y las pesadillas cada vez me atormentan más.
No lo soporto. Seguiré la idea que mi buen amigo me dio y buscaré la venganza de todos aquellos que se rieron de mí, aunque el precio a pagar sea muy alto.
Os quiero, familia. Perdonadme por lo que estoy apunto de hacer.
G..."
La firma estaba emborronada con sangre, así que no pudo leerse el nombre del autor. Una pena. Con ambos objetivos cumplidos, los dos aprendices salieron al pasillo...
Mientras Nicoxa y Victoria iban a toda prisa a sus respectivos destinos, Fátima y Ragun salieron al pasillo.
Pero sólo uno de ellos pudo avanzar con vida.
La alabarda de la armadura, que había acudido a toda prisa hasta la puerta del despacho, descendió sobre la cabeza de Ragun, rebanándolo de arriba a abajo. Menos mal que estalló en luz, porque sino Fátima habría acabado llena de cosas asquerosas. La aprendiza superviviente pudo alejarse a toda prisa de la escena del asesinato, mientras elegía a toda prisa adónde ir ahora. ¡Pero rápido!
La cuarta habitación parecía la habitación más grande. Sobre todo destacaba por la cama: de matrimonio. Sin embargo, al acercarse Nicoxa, la cama tembló, como si hubiera abajo algo. ¿Se atrevería a mirar...?
Otros elementos dignos de mención eran: una cuna, vieja, bastante cerca de la cama; y un piano en el otro rincón que estaba impoluto, sin una mancha ni mota de polvo encima. ¿Qué se atrevería a mirar?
El desván estaba bastante iluminado. ¿Por el qué? Por un círculo de velas encendidas en el centro del mismo, colocadas como si fuesen parte de algún conjuro o ritual. En el centro, podía verse un gran libro que sería interesante de investigar.
Más cerca de las escaleras que subían hasta allí, había una losa de piedra con una estrella de cinco puntas grabada en el centro y cuatro huecos vacíos alrededor de ella. Como si esperaran que en esos huecos se introdujeran algo.
Por último, y para no variar, al fondo del todo, bastante alejada de momento, había una nueva armadura. Estaba quieta, y a diferencia de las anteriores esta no portaba arma alguna... Aunque eso no evitaba que diese muy mal rollo.
¿Qué haría Victoria?
Fecha límite: domingo 1 a las 23:59.
NOVEDAD IMPORTANTE: Llevamos ya 15 días de minievento, así que vamos a acelerar las cosas. A partir de ahora, las acciones disponibles suben de dos a tres como máximo, para así acelerar las cosas, sobre todo en los desplazamientos. Elegid bien, y que los fantasmas de la casa os protejan.
Suerte~
Supervivientes y caídos: